El síndrome de inmovilidad es una de las alteraciones de mayor incidencia en el adulto mayor. Se trata de un cuadro clínico generalmente multifactorial, potencialmente reversible y prevenible. Esta enfermedad se genera por una serie de cambios fisiopatológicos en múltiples sistemas condicionados por la inmovilidad y el desuso acompañante.
 
Dentro de la inmovilidad, podemos hablar de dos tipos bien definidos:

  • Inmovilidad aguda: declinación rápida de la independencia en la movilidad que se puede reducir al estar en cama o cama-sillón durante al menos tres días. Se relaciona con medicamentos, alteraciones hidroelectrolíticas e infecciones.
  • Inmovilidad crónica: consecuencia de enfermedades que afectan sobre todo el sistema musculoesquelético y los órganos de los sentidos, aunque puede ser multifactorial.
  1. Factores predisponentes

Dentro de los factores que pueden desencadenar la aparición de dicho síndrome, encontramos dos tipos: los intrínsecos y los extrínsecos.

INTRÍNSECOS DE INMOVILIDADEXTRÍNSECOS DE INMOVILIDAD
Enfermedades musculoesqueléticas: osteoartrosis, fractura de cadera, osteoporosis, artritis, patologías podológicas, etc.Factores yatrogénicos: prescripción de reposo, medidas de restricción física, sobreprotección, fármacos.
Enfermedades neurológicas:accidente cerebrovascular (ACV), enfermedad de Párkinson, demencias en fase avanzada y depresión.Factores ambientales: hospitalización, barreras arquitectónicas.
Enfermedades cardiovasculares.Factores sociales: falta de apoyo social y estímulo.
Enfermedades pulmonares. 
Enfermedades endocrinas: diabetes mellitus, hipotiroidismo. 
Déficits sensoriales. 
Causas psicológicas: síndrome post-caída. 
  1. La prevención puede ser de varios tipos:
  1. Primaria: el ejercicio físico es la mejor medida para prevenir la inmovilidad.
  2. Secundaria: una vez que la inmovilidad está instaurada, lo más importante es la detección precoz. La intervención se basará en adaptar el entorno para favorecer los desplazamientos, eliminar barreras arquitectónicas, mantener el nivel sensorial, seleccionar productos de apoyo necesarios y estimular la independencia en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, así como monitorizar periódicamente los cambios en las mismas.
  3. Terciaria: en este punto, nos centraremos en el tratamiento de las complicaciones derivadas del síndrome de inmovilidad, tales como contracturas, atrofia muscular, osteoporosis, etc.

Estefanía Palomares Rodríguez

Terapeuta Ocupacional de Kuido Alcalá de Henares