La presión arterial alta (hipertensión) es una afección frecuente en la que la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias, con el transcurso del tiempo, es lo suficientemente alta como para poder causarte problemas de salud, como una enfermedad cardíaca.
En verano queremos exprimir al máximo el tiempo libre, las comidas con amigos y familiares, las excursiones al aire libre… y esto hace que, a menudo, no sigamos de manera correcta las pautas prescritas por nuestro especialista en cuanto al control de la hipertensión se refiere. Los cardiólogos estiman que el 20% de los pacientes hipertensos no cumple el tratamiento en época estival, ignorando las consecuencias que ello puede acarrear.
Es altamente recomendable mantener los cuidados pautados en todo momento del año y además, deberíamos acudir a consulta antes de irnos de vacaciones para que el médico nos ayude a adaptar el tratamiento y los diuréticos en los meses de calor, ya que los efectos de este pueden repercutir en los enfermos.
Los riesgos a los que nos exponemos al no seguir las pautas del cardiólogo en verano son, entre otras, un aumento de la probabilidad de sufrir ictus, infartos, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal. Tengamos en cuenta que, en estos meses del año, se dan una serie de circunstancias especiales que propician las situaciones anteriormente comentadas, como son:
- Alimentación inadecuada con mucha sal y exceso de grasa.
- Fumar en exceso.
- Aumento de la ingestión de bebidas alcohólicas.
- Disminución del ejercicio físico y descenso de la regularidad con la que se practica.
Los factores que influyen en el aumento de riesgos por parte de las personas hipertensas son:
- El calor baja la presión arterial. Esto se debe a que, con las altas temperaturas, se produce una vasodilatación que ayuda a disminuir la temperatura del cuerpo. Como consecuencia de ello, la tensión arterial es generalmente más baja en verano que en invierno.
- ¡Cuidado con el sol y la deshidratación! Beber líquidos con frecuencia y no exponernos al sol de forma prolongada son dos principios básicos. Si no los cumplimos, podemos acabar sufriendo una bajada excesiva de la presión sanguínea, lo que se conoce como hipotensión que, en el peor de los casos, puede ocasionar desmayos o pérdidas de conocimiento.
- Precaución con las personas mayores. Para ellos suele ser más complicado eliminar el calor corporal debido al habitual deterioro del proceso de sudoración, así como al aumento de la incidencia de afecciones cardíacas y renales en esa edad.
- Mayor pérdida de líquidos en hipertensos debido a la medicación. Es de vital importancia que se tomen más líquido de lo que viene siendo habitual en nosotros.
Los consejos que debemos seguir, según los expertos, para controlar todos estos riesgos son:
- Beber agua. Una buena hidratación es fundamental para afrontar estos cambios y que el organismo funcione correctamente.
- Alarmas para la medicación, ya que con el ajetreo de las vacaciones es común olvidar la dosis.
- Realizar ejercicio físico para controlar el peso (al menos treinta minutos) y contrarrestar los excesos en la dieta. Las mejores horas para realizarlo es el inicio del día o al anochecer, ya que evitamos las temperaturas máximas.
- Cuidar la alimentación. Llevar una dieta que contenga una gran cantidad de cereales integrales, frutas, verduras y productos lácteos con bajo contenido en grasa. Reducir al mínimo las grasas saturadas.
- Evitar y/o controlar la sal, ya que es contraproducente en personas hipertensas.
- Evitar el tabaco y el alcohol, ya que aumenta la tensión de las arterias.
- Controlar habitualmente la tensión arterial para evitar problemas mayores.
- Consumir complementos alimenticios naturales que ayuden a reducir el colesterol y que mejoren la salud cardiovascular.
Javier Jesús Lorenzo
Auxiliar de Enfermería de Kuido Alcalá de Henares