El verano, como cualquier otra estación del año, trae consigo una serie de afecciones típicas a las que debemos prestar atención especial. A continuación, repasamos las más comunes:
-Golpe de Calor
Un golpe de calor o shock térmico es uno de los casos más graves de hipertermia. Es el sobrecalentamiento que sufre el cuerpo hasta 40 grados debido a las altas temperaturas o un exceso de ejercicio físico extremo y se produce cuando los mecanismos que usa el organismo para enfriarse, como pueden ser el sudor y la respiración, dejan de funcionar. La falta de hidratación hace que diversos órganos dejen de funcionar como lo harían de forma habitual. Los síntomas que podemos observar son los siguientes: alteración del estado mental, nauseas, vómitos, piel enrojecida, aumento de la respiración y la F.C, cefalea.
Las medidas que deberíamos tomar por prevención son las siguientes:
- Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) y, en general, evitar exposiciones prolongadas o dormirte al sol.
- Si se nota cansancio o mareo, retirarse a un lugar fresco o ventilado y aflojarse la ropa.
- Evitar el ejercicio físico extremo.
- Mantener una hidratación adecuada
– Deshidratación
La deshidratación es la causa principal de los llamados “golpes de calor”. La exposición a las temperaturas elevadas propias del verano sin las debidas precauciones hace que se pierda mucha agua corporal con el sudor, la micción o las heces. Si no se repone en cantidades suficientes y no se actúa ante los primeros síntomas puede llevar incluso a la muerte.
Las personas mayores y los niños tienen mayor riesgo de deshidratación. En verano es necesario beber agua a menudo, tener en cuenta que la sudoración nos obliga a rehidratar más y acostumbrarnos a hacerlo de forma continuada durante el día aunque no tengamos sed. Si se superan los 30 grados de temperatura el consejo de los expertos es beber como mucho cada 15 minutos. (2,5 litros diarios para los hombres y 2 litros para las mujeres. De esa cantidad, el 80% debe ser, directamente, agua y el 20% ingerirse a través de los alimentos).
– Quemaduras Solares
Abusar de la exposición al sol y hacerlo además sin la protección adecuada puede aguarnos el verano. Nuestra piel podría sufrir quemaduras de primero, segundo y hasta tercer grado, que se manifiestan en forma de enrojecimiento, ampollas, ulceraciones, dolor intenso e incluso fiebre o hipertermia. Las medidas de prevención más eficaces son evitar largas exposiciones al sol en las horas centrales del día y utilizar protectores solares. Un bloqueador solar con FPS 50+ protegerá a la persona de la radiación UV entre 25 y 30 minutos, cuando la exposición al sol es continua. En cambio un FPS 30+ debe ser aplicado sobre la piel cada 20 minutos y un FPS 15+ exigirá que se renueve cada 10 minutos.
-Otitis Externa
Se suele producir cuando se introduce agua en los oídos, siendo muy frecuente en esta temporada por los baños en piscina, por ejemplo. Si el agua está contaminada nos puede provocar una infección en el oído. Para prevenirla, el mejor consejo es mantener una buena higiene de los oídos. Después de bañarnos, secarnos bien los oídos y también puede ser recomendable el uso de tapones en caso de niños o adultos con propensión a esta enfermedad.
-Catarros
Pueden producirse por la mala utilización de los aires acondicionados ya que los cambios de temperaturas crean un pico importante similar al de los catarros de invierno. El empeoramiento de la calidad del aire es el máximo responsable. El calor puede, además, reducir la habilidad del organismo para combatir las infecciones del sistema respiratorio.
Los síntomas más comunes son: Congestión nasal, dolores de garganta, de cabeza, musculares y fatiga.
Las tres claves para prevenir los catarros son: hidratarse correctamente, evitar la exposición solar, sobre todo en las horas centrales del día, y aprovechar las primeras y últimas horas del día para practicar ejercicio suave o caminar. Se han de evitar los cambios bruscos de temperatura.
-Gastroenteritis
La gastroenteritis puede estar provocada por virus o por comida en mal estado. Es la más común en época estival.
Debemos cuidarnos manteniéndonos siempre hidratados (especial atención a los niños y los ancianos), llevando dieta absoluta en los primeros compases y después blanda. Se deberá tomar paracetamol si da fiebre. Evitar las pastillas para cortar la diarrea.
–Intoxicaciones alimentarias
Se producen al ingerir alimentos en mal estado por efecto del calor o por reacciones alérgicas.
-Conjuntivitis
Consiste en una inflamación conjuntiva provocada normalmente por virus. Los síntomas son picor de ojos, irritación y secreción en forma de legañas.
-Picaduras de insectos
Pueden provocar reacciones, sobre todo a las personas alérgicas, inflamación y picor.
Jorge López López
Médico en Vitalia Alcalá de Henares