En los mayores, las capacidades de caminar, incorporarse tras permanecer sentados en una silla, girar e inclinarse son necesarias para una movilidad independiente. La velocidad de la marcha, la latencia y su habilidad para pararse con los pies alineados son factores independientes que predicen la posibilidad de desempeñar actividades instrumentales de la vida cotidiana.

Cambios normales en la marcha relacionados con la edad

  • La velocidad de la marcha permanece estable hasta los 70 años aproximadamente, pero después se reduce porque las personas mayores realizan pasos más cortos a la misma velocidad (cadencia).
  • La cadencia no cambia con la edad. Representa el ritmo con el cual el uso de la energía es más eficiente.
  • El tiempo de pie con doble sustento aumenta con la edad.
  • La postura durante la deambulación cambia levemente con el envejecimiento. Las personas mayores caminan erguidas pero lo hacen con mayor rotación de la pelvis y mayor lordosis.
  • El movimiento de las articulaciones cambia ligeramente con la edad. La flexión plantar del tobillo se reduce pero las caderas se encuentran en una posición de mayor aducción.

Cambios anormales en la marcha

  • La pérdida de la simetría en el movimiento y el tiempo de desplazamiento del lado izquierdo y el derecho suele indicar un trastorno.
  • Dificultades para iniciar o mantener la marcha. Puede reflejar una falta aislada en el inicio de la marcha o una patología frontal o subcortical.
  • La retropulsión puede producirse en usuarios con trastornos de la marcha frontal, parkinsonismo o parálisis supranuclear progresiva.
  • La caída del pie causa el arrastre de éste o una marcha equina.
  • La disminución de la longitud de los pasos puede representar miedo a caer o un problema neurológico o musculoesquelético.
  • La marcha con base de sustentación ancha a medida que disminuye la velocidad de la marcha, el ancho de la base de sustentación aumenta un poco.
  • La circunducción se observa en un usuarios con debilidad de los músculos pelvianos o dificultades para flexionar la rodilla.
  • La inclinación hacia adelante puede deberse a trastornos con características de parkinsonismo asociados a demencia.
  • La marcha festinante es una aceleración progresiva de los pasos que puede culminar en un trote para evitar caer hacia delante.
  • La inclinación lateral del tronco hacia el lado que permanece apoyado en el suelo puede constituir una estrategia para reducir el dolor articular.

José Manuel de la Torre Gómez

Fisioterapeuta de Kuido Alcalá de Henares