Recuperar la rutina física después de las vacaciones

Recuperar la rutina física después de las vacaciones

La vuelta a la rutina después de las vacaciones de verano puede ser complicada para las personas mayores ya que suelen tener sus hábitos diarios muy marcados durante el resto del año. Por ello, tras el desajuste de las vacaciones, es preciso ser paciente e ir poco a poco hasta recuperar por completo sus rutinas.

Recomendaciones

Fragmentar las vacaciones. Para evitar problemas como el insomnio, la irritabilidad, la apatía o el síndrome postvacacional, es aconsejable dividir el descanso en diferentes periodos a lo largo del verano. Generalmente, 15 días son suficientes para lograr desconectar.

Recuperar gradualmente los horarios habituales. Durante los últimos días de vacaciones se recomienda introducir, de manera paulatina, algunas de las actividades rutinarias con el objetivo de controlar la emoción que supone la vuelta a la normalidad.

Realizar actividad física. El deporte aporta muchos beneficios a las personas mayores. Por ello, es conveniente no abandonarlo durante el verano, aunque siendo conscientes de que con las altas temperaturas se debe disminuir la carga de trabajo.

El método ideal es iniciar un suave entrenamiento en circuito, con ejercicios variados que trabajen todos los grandes grupos musculares, y que, a medida que pasen los días, vaya incluyendo algunos minutos de mayor intensidad. Es muy importante que, en las primeras sesiones, se trabajen dos aspectos que afectan especialmente al adulto mayor: la estabilidad, con ejercicios centrados en el equilibrio y la flexibilidad, que ponga a punto tus articulaciones y consiga incrementar, poco a poco, su rango de movimiento.

Termina siempre las sesiones con estiramientos suaves que eviten el “agarrotamiento” de tus músculos, algo habitual cuando se retoma el deporte tras las vacaciones.

José Manuel de la Torre

Fisioterapeuta de Kuido Alcalá de Henares

Las afecciones típicas del verano

Las afecciones típicas del verano

El verano, como cualquier otra estación del año, trae consigo una serie de afecciones típicas a las que debemos prestar atención especial. A continuación, repasamos las más comunes:

-Golpe de Calor

Un golpe de calor o shock térmico es uno de los casos más graves de hipertermia. Es el sobrecalentamiento que sufre el cuerpo hasta 40 grados debido a las altas temperaturas o un exceso de ejercicio físico extremo y se produce cuando los mecanismos que usa el organismo para enfriarse, como pueden ser el sudor y la respiración, dejan de funcionar. La falta de hidratación hace que diversos órganos dejen de funcionar como lo harían de forma habitual. Los síntomas que podemos observar son los siguientes: alteración del estado mental, nauseas, vómitos, piel enrojecida, aumento de la respiración y la F.C, cefalea.

Las medidas que deberíamos tomar por prevención son las siguientes:

  •  Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) y, en general, evitar exposiciones prolongadas o dormirte al sol.
  •  Si se nota cansancio o mareo, retirarse a un lugar fresco o ventilado y aflojarse la ropa.
  •  Evitar el ejercicio físico extremo.
  •  Mantener una hidratación adecuada

– Deshidratación

La deshidratación es la causa principal de los llamados “golpes de calor”. La exposición a las temperaturas elevadas propias del verano sin las debidas precauciones hace que se pierda mucha agua corporal con el sudor, la micción o las heces. Si no se repone en cantidades suficientes y no se actúa ante los primeros síntomas puede llevar incluso a la muerte. 

Las personas mayores y los niños tienen mayor riesgo de deshidratación. En verano es necesario beber agua a menudo, tener en cuenta que la sudoración nos obliga a rehidratar más y acostumbrarnos a hacerlo de forma continuada durante el día aunque no tengamos sed. Si se superan los 30 grados de temperatura el consejo de los expertos es beber como mucho cada 15 minutos. (2,5 litros diarios para los hombres y 2 litros para las mujeres. De esa cantidad, el 80% debe ser, directamente, agua y el 20% ingerirse a través de los alimentos).

– Quemaduras Solares

Abusar de la exposición al sol y hacerlo además sin la protección adecuada puede aguarnos el verano. Nuestra piel podría sufrir quemaduras de primero, segundo y hasta tercer grado, que se manifiestan en forma de enrojecimiento, ampollas, ulceraciones, dolor intenso e incluso fiebre o hipertermia.  Las medidas de prevención más eficaces son evitar largas exposiciones al sol en las horas centrales del día y utilizar protectores solares. Un bloqueador solar con FPS 50+ protegerá a la persona de la radiación UV entre 25 y 30 minutos, cuando la exposición al sol es continua. En cambio un FPS 30+ debe ser aplicado sobre la piel cada 20 minutos y un FPS 15+ exigirá que se renueve cada 10 minutos.

-Otitis Externa

Se suele producir cuando se introduce agua en los oídos, siendo muy frecuente en esta temporada por los baños en piscina, por ejemplo. Si el agua está contaminada nos puede provocar una infección en el oído. Para prevenirla, el mejor consejo es mantener una buena higiene de los oídos. Después de bañarnos, secarnos bien los oídos y también puede ser recomendable el uso de tapones en caso de niños o adultos con propensión a esta enfermedad.

-Catarros

Pueden producirse por la mala utilización de los aires acondicionados ya que los cambios de temperaturas crean un pico importante similar al de los catarros de invierno.  El empeoramiento de la calidad del aire es el máximo responsable. El calor puede, además, reducir la habilidad del organismo para combatir las infecciones del sistema respiratorio.

Los síntomas más comunes son: Congestión nasal, dolores de garganta, de cabeza, musculares y fatiga.

Las tres claves para prevenir los catarros son: hidratarse correctamente, evitar la exposición solar, sobre todo en las horas centrales del día, y aprovechar las primeras y últimas horas del día para practicar ejercicio suave o caminar. Se han de evitar los cambios bruscos de temperatura.

-Gastroenteritis

La gastroenteritis puede estar provocada por virus o por comida en mal estado. Es la más común en época estival.

Debemos cuidarnos manteniéndonos siempre hidratados (especial atención a los niños y los ancianos), llevando dieta absoluta en los primeros compases y después blanda. Se deberá tomar paracetamol si da fiebre. Evitar las pastillas para cortar la diarrea.

Intoxicaciones alimentarias

Se producen al ingerir alimentos en mal estado por efecto del calor o por reacciones alérgicas.

-Conjuntivitis

Consiste en una inflamación conjuntiva provocada normalmente por virus. Los síntomas son picor de ojos, irritación y secreción en forma de legañas.

-Picaduras de insectos

Pueden provocar reacciones, sobre todo a las personas alérgicas, inflamación y picor.

Jorge López López 

Médico en Vitalia Alcalá de Henares

Diez signos de alerta temprana en la enfermedad de Parkinson

Diez signos de alerta temprana en la enfermedad de Parkinson

El Parkinson una de las enfermedades neurodegenerativas más frecuentes en la actualidad.

Algunas veces es difícil reconocer si se padece la enfermedad de Parkinson. Esta enfermedad se caracteriza por la falta de producción de una sustancia química en el cerebro llamada dopamina, la cual es responsable de ayudar a los movimientos del cuerpo y de regular el estado de ánimo de una persona. Las personas que sufren Parkinson pueden tomar medicamentos que ayudan a mejorar sus síntomas. La enfermedad de Parkinson es progresiva, sin embargo si consultas con tu médico, él puede ayudarte a seguir un tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida. Existen algunos signos y síntomas tempranos que pueden ayudarte a reconocer si se sufre esta enfermedad.
 
Estos son los diez signos y síntomas más frecuentes de la enfermedad de Parkinson:
 
1- Temblor. Temblores o contracciones en las extremidades.
2- Letra pequeña. Cambio radical y repentino en la forma o el tamaño en el que se escribe.
3- Pérdida del olfato. Problemas al oler ciertos alimentos como los plátanos, pepinillos en vinagre, o canela, etc.
4- Problemas con el sueño. Los movimientos repentinos durante el sueño profundo.
5- Dificultad al caminar o moverse. Si notas que los brazos no se mueven al caminar, si sientes que sus pies están pegados al suelo y los arrastra, si hay dolor en la cadera u hombros, o si camina con una postura rígida.
6- Estreñimiento.
7- Voz baja. Cambios en el volumen de su voz.
8- Falta de expresión facial (aspecto de máscara).
9- Mareo o desmayo.
10- Encorvamiento de la espalda. Si nuestro familiar se está encorvando al estar de pie, podemos estar ante un signo temprano de la mencionada enfermedad.
 
Ninguno de estos signos o síntomas por separado deben preocuparte, sin embargo, si tienes o percibes en tu familiar más de uno, debemos consultar con un especialista.
 
El diagnóstico temprano te puede ayudar a tener una vida más larga y saludable.
¿Qué puedes hacer si tienes la enfermedad de Parkinson?
 
Habla con tu médico para desarrollar un plan de cuidado, el cual puede incluir lo siguiente:

•     Evaluación de un neurólogo para que haga una evaluación completa sobre los síntomas.
•     Evaluación y atención de un terapeuta ocupacional, fisioterapeuta y/o logopeda.
•     Consulta con un trabajador social.
•     Comienza una rutina de ejercicio para retardar el avance de síntomas más severos.
•     Habla con familiares y amigos quienes te pueden brindar el apoyo que necesitas.

Kuido Alcalá de Henares es un centro especializado en la evaluación e intervención de esta patología. La existencia de un equipo multidisciplinar de rehabilitación formado por terapeuta ocupacional, neuropsicóloga y fisioterapeuta permite un abordaje integral de la persona, planteando un plan de intervención personalizado a las necesidades de cada usuario. De igual forma, el equipo de auxiliares colabora en el desarrollo del proceso terapéutico pautado por el equipo técnico, favoreciendo el correcto desempeño del mayor en todas las actividades que realiza en el centro. 

Beatriz Perdigón Ambite

Auxiliar de Enfermería de Kuido Alcalá de Henares

Relaciones Sociales para un Envejecimiento Saludable

Relaciones Sociales para un Envejecimiento Saludable

De sobra conocemos que el ser humano es social. Es una característica principal que nos define: nos satisface compartir con otras personas momentos de nuestra vida, participar en actividades conjuntas e interactuar cotidianamente.

A menudo, nos resulta común asociar la tercera edad con un gradual empobrecimiento de las relaciones sociales debido a la disolución familiar y a la pérdida de roles en la sociedad ocasionando así una mayor incomprensión del núcleo familiar. Sin embargo, hoy conocemos que las relaciones sociales son uno de los factores protectores para envejecer de una forma activa y saludable.

A continuación, se exponen algunas recomendaciones para aquellos adultos mayores que pretendan mejorar este aspecto social:

Promueva relaciones positivas: Una red familiar activa y cercana les ayudará a sobrellevar las posibles limitaciones y dolor ante pérdidas disminuyendo la percepción de angustia. Estos apoyos que se reciben, además, suelen ser una estimulación para mantenerse activos tanto física como mentalmente y permite satisfacer la necesidad de sentirse comprendido y apoyado.  

Amplíe su apoyo social: Aquellas personas que reciben un mayor apoyo social ya sea a través de conversaciones telefónicas y visitas con amigos, familiares, vecinos y participan regularmente en actividades sociales, disfrutan de una mejor salud y un mayor grado de satisfacción en su vida. Por tanto, motive las relaciones interpersonales sólidas.

Cuide las amistades: La tercera edad es una etapa vital que necesita de un apoyo relevante y significativo para la persona. Con las amistades no solo se comparte la edad, sino también experiencias vitales similares, intereses comunes, recuerdos y valores afines, facilitando una convivencia basada en la reciprocidad, la comprensión mutua, el respeto y la tolerancia. 

Por tanto, la percepción de compañía y la disponibilidad de relaciones de amistad estrechas son el mejor predictor de felicidad y uno de los factores definitivos para una adaptación positiva al proceso de envejecimiento. El mantenimiento de las relaciones sociales ayuda a las personas a sentirse más competentes, valiosas y útiles, así como favorece la identidad y la autoestima, la felicidad y el bienestar personal.

Nadia Castelló Corbacho

Neuropsicóloga de Kuido Alcalá de Henares

¿Cómo prevenir las caídas dentro del hogar?

¿Cómo prevenir las caídas dentro del hogar?

Las caídas son accidentes frecuentes que sufren sobre todo personas de edad avanzada. Para evitarlas, podemos tener en cuenta una serie de recomendaciones para reducir el riesgo de caídas.

Estas son las medidas que recomendamos para que el hogar sea más seguro para nuestros mayores:

Escaleras

  • Usar el pasamanos o la barandilla para subir o bajarlas.
  • Encender siempre la luz.
  • Quitar todos los objetos que puedan provocar tropiezos
  • Llevar zapatillas cerradas, ajustadas, cómodas y con suela de goma.

Cocina

  • Tener los objetos de uso frecuente, en lugares que sean accesibles y que no tengan la necesidad de usar taburetes, banquetas o escaleras.
  • Poner un antideslizante en el suelo donde haya más riesgo de caídas como el fregadero.

Cuarto de Baño:

  • Cambiar la bañera por un plato de ducha con banqueta con ventosas antideslizantes.
  • Colocar asideros para poder sentarse y levantarse en lavabo, ducha y WC.
  • Evitar el exceso de vapor y el uso del secador o calefactor si el ambiente está muy humedecido.

Suelo

  • Colocar un suelo antideslizante.
  • Si tiene alfombras, que sean antideslizantes o fijarlas al suelo, si no se pudiera fijar es mejor quitarla.
  • Tener cuidado con el vertido de agua y de otros líquidos.

Dormitorio

  • Levantarse lentamente, sin prisas ni bruscamente y permanecer sentado en la cama unos minutos antes de levantarse.
  • No colocar objetos alrededor de la cama que puedan entorpecer la entrada o salida de esta.
  • Tener una lámpara en la mesilla de noche por si tuviera que usarla a medianoche.

Otras Medidas de Prevención

  • Tener a mano los teléfonos de emergencias.
  • Tener una buena alimentación.
  • Tener una buena condición física.
  • Hacer deporte media hora como mínimo al día.

Francisco Javier Delgado Caballero

Auxiliar de Enfermería de Vitalia Alcalá de Henares

La Hipertensión en Verano

La Hipertensión en Verano

La presión arterial alta (hipertensión) es una afección frecuente en la que la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias, con el transcurso del tiempo, es lo suficientemente alta como para poder causarte problemas de salud, como una enfermedad cardíaca.

En verano queremos exprimir al máximo el tiempo libre, las comidas con amigos y familiares, las excursiones al aire libre… y esto hace que, a menudo, no sigamos de manera correcta las pautas prescritas por nuestro especialista en cuanto al control de la hipertensión se refiere. Los cardiólogos estiman que el 20% de los pacientes hipertensos no cumple el tratamiento en época estival, ignorando las consecuencias que ello puede acarrear.

Es altamente recomendable mantener los cuidados pautados en todo momento del año y además, deberíamos acudir a consulta antes de irnos de vacaciones para que el médico nos ayude a adaptar el tratamiento y los diuréticos en los meses de calor, ya que los efectos de este pueden repercutir en los enfermos.

Los riesgos a los que nos exponemos al no seguir las pautas del cardiólogo en verano son, entre otras, un aumento de la probabilidad de sufrir ictus, infartos, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal. Tengamos en cuenta que, en estos meses del año, se dan una serie de circunstancias especiales que propician las situaciones anteriormente comentadas, como son:

  • Alimentación inadecuada con mucha sal y exceso de grasa.
  • Fumar en exceso.
  • Aumento de la ingestión de bebidas alcohólicas.
  • Disminución del ejercicio físico y descenso de la regularidad con la que se         practica.

Los factores que influyen en el aumento de riesgos por parte de las personas hipertensas son:

  • El calor baja la presión arterial. Esto se debe a que, con las altas temperaturas, se produce una vasodilatación que ayuda a disminuir la temperatura del cuerpo. Como consecuencia de ello, la tensión arterial es generalmente más baja en verano que en invierno.
  • ¡Cuidado con el sol y la deshidratación! Beber líquidos con frecuencia y no exponernos al sol de forma prolongada son dos principios básicos. Si no los cumplimos, podemos acabar sufriendo una bajada excesiva de la presión sanguínea, lo que se conoce como hipotensión que, en el peor de los casos, puede ocasionar desmayos o pérdidas de conocimiento.
  • Precaución con las personas mayores. Para ellos suele ser más complicado eliminar el calor corporal debido al habitual deterioro del proceso de sudoración, así como al aumento de la incidencia de afecciones cardíacas y renales en esa edad.
  • Mayor pérdida de líquidos en hipertensos debido a la medicación. Es de vital importancia que se tomen más líquido de lo que viene siendo habitual en nosotros.

Los consejos que debemos seguir, según los expertos, para controlar todos estos riesgos son:

  • Beber agua. Una buena hidratación es fundamental para afrontar estos cambios y que el organismo funcione correctamente.
  • Alarmas para la medicación, ya que con el ajetreo de las vacaciones es común olvidar la dosis.
  • Realizar ejercicio físico para controlar el peso (al menos treinta minutos) y contrarrestar los excesos en la dieta. Las mejores horas para realizarlo es el inicio del día o al anochecer, ya que evitamos las temperaturas máximas.
  • Cuidar la alimentación. Llevar una dieta que contenga una gran cantidad de cereales integrales, frutas, verduras y productos lácteos con bajo contenido en grasa. Reducir al mínimo las grasas saturadas.
  • Evitar y/o controlar la sal, ya que es contraproducente en personas hipertensas.
  • Evitar el tabaco y el alcohol, ya que aumenta la tensión de las arterias.
  • Controlar habitualmente la tensión arterial para evitar problemas mayores.
  • Consumir complementos alimenticios naturales que ayuden a reducir el colesterol y que mejoren la salud cardiovascular.

Javier Jesús Lorenzo 

Auxiliar de Enfermería de Kuido Alcalá de Henares

Consejos para mejorar la comunicación con los mayores

Consejos para mejorar la comunicación con los mayores

Para conseguir una buena comunicación con personas de edad avanzada debemos ponernos en su piel, además de conocer su personalidad, sus gustos y sus aficiones, con el objetivo de mantenerlos activos y cubrir todas sus necesidades. 

El apoyo familiar es fundamental en esta etapa de su vida. Por ello, es muy importante que tengamos en cuenta algunos consejos para mejorar la interacción.

  • Recordar sus problemas de salud

Cuando entablemos una conversación con una persona mayor, es importante que no olvidemos sus problemas de salud. Debemos tener siempre en cuenta que sus capacidades no son las mismas que las nuestras, por lo que podría costarle un poco más de trabajo hablar y entender lo que le decimos.

  • Articular bien nuestras palabras

Teniendo en cuenta que es probable que la persona mayor tenga problemas de audición, es importante que hablemos lo más claro posible.

Debemos articular bien las palabras y direccionar nuestra voz hacia su cara para no crear más barreras.Además, debemos asegurarnos de mover la boca y pronunciar cada palabra de forma precisa. Hablemos despacio, vocalizando y estableciendo contacto visual. Utilicemos frases sencillas y cortas.

  • Cuidar el ambiente en el que establecemos la comunicación

El ambiente en el que nos comunicamos es importante, porque el ruido es uno de los factores que más influencia tiene en el momento de la interacción. No debe haber ruidos que puedan causar distracciones, para que nuestro familiar pueda concentrarse en la conversación. De no ser así, lo mejor será trasladarse a un lugar más silencioso.

  • Ajustar el volumen de nuestra voz

El volumen de nuestra voz también es importante. No hay que confundir articular bien con hablar alto. Debemos aprender a adaptar la voz dependiendo de las necesidades individuales de cada persona.

El hecho de que hablemos con alguien mayor, no significa que debamos gritar. Hay que controlar el volumen para que podamos entablar una conversación con un tono agradable para ambos.

  • Usar oraciones y preguntas claras

Tener una buena comunicación depende de que el receptor del mensaje nos entienda. Es vital usar oraciones con estructuras sencillas y precisas para evitar confusiones.

  • Repetir y explicar bien lo que queremos expresar

Es muy importante que volvamos a explicar lo ya dicho o hacer preguntas, si percibimos que no nos han entendido bien. 

  • Ser paciente y sonreír

La paciencia es la mejor virtud que podemos tener al entablar conversación con una persona mayor. Intentemos tomarnos la situación con calma para transmitirle tranquilidad. También es importante sonreír, ya que con esa sonrisa demostramos comprender su situación. 

Noelia Martínez García

Auxiliar de Enfermería de Kuido Alcalá de Henares

La nutrición en nuestros mayores

La nutrición en nuestros mayores

A lo largo de la vida la nutrición juega un papel fundamental en el crecimiento y el desarrollo, en la prevención de las enfermedades y en la recuperación de la salud. Los hábitos alimentarios del adulto de edad avanzada, adquiridos durante las etapas iniciales de su vida, así como sus costumbres actuales, influyen en gran medida en su estado de salud y pueden afectar a las actividades de la vida diaria y a la calidad de vida.

De esta forma, es fundamental poner el foco en el estado nutricional de nuestros mayores ya que, una deficiencia en este sentido,  aumenta la susceptibilidad a las posibles agresiones externas y disminuye su capacidad de respuesta y de recuperación.

A continuación, os dejamos una serie de recomendaciones: 

  • Las dietas deben ser sencillas y de fácil preparación. Los alimentos elegidos han de cocinarse de tal manera que sean fáciles de masticar, deglutir y digerir.
  • Comer con moderación. Es aconsejable fraccionar la dieta en cinco o seis comidas diarias (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena). La última comida debe ser ligera.
  • Evitar las dietas monótonas, diversificando los alimentos para asegurar la presencia de todos los nutrientes. Todos los días se debe tomar leche o derivados de ella, proteína mediante carne, pescado o huevos, y cereales, vegetales y frutas, evitando las calorías vacías (dulces, salsas…). El menú se debe presentar de forma vistosa y agradable para que estimule el apetito.
  • Limitar las grasas y el azúcar porque pueden reducir el aporte de nutrientes esenciales. Moderar la utilización de la sal y estimular la ingesta de agua.
  • Moderar el consumo de café y de bebidas excitantes y evitar los refrescos edulcorados o con gas. Las bebidas alcohólicas de menor graduación se pueden tomar con moderación evitando los licores y bebidas de mayor graduación.
  • Una alimentación saludable debe procurar el mantenimiento del peso corporal con una dieta alta en carbohidratos, relativamente baja en grasas y con niveles equilibrados de proteínas de buena calidad. También son recomendables alimentos ricos en fibra, en minerales y en vitaminas. Y, aunque no tenga carácter alimentario, es aconsejable, que las personas de edad avanzada, mantengan una actividad física regular, adaptada a su situación.

Raúl Moreno HerradaAuxiliar de Enfermería de Kuido Alcalá de Henares

Tu cerebro pide ayuda. Signos de alerta

Tu cerebro pide ayuda. Signos de alerta

Un ataque o derrame cerebral (también conocido como accidente cerebrovascular o ACV) no es tan fulminante como muchos temen. Nuestro cerebro nos manda señales de socorro que tenemos que saber detectar para poder prevenir daños mayores.

Cuando la sangre no está fluyendo en el cerebro, las células empiezan a morir pues dejan de recibir los nutrientes y el oxígeno que necesitan para funcionar. Esto se llama apoplejía o derrame cerebral.

La diferencia entre apoplejía y derrame cerebral es que el primero, sucede cuando un coágulo de sangre bloquea el paso de la sangre en algún vaso sanguíneo que irriga el cerebro, y se llama accidente cerebrovascular trombótico, accidente cerebrovascular isquémico o apoplejía. El segundo, sucede cuando un vaso sanguíneo se rompe y hay un sangrado en el cerebro, y se llama accidente cerebrovascular hemorrágico o derrame cerebral. Aunque hayamos oído hablar más del derrame cerebral, las apoplejías son más comunes y suceden en el 80% de los casos.

Independientemente de la causa, ambos “ataques cerebrales” son una emergencia médica pues suceden repentinamente y en tan sólo unos minutos pueden dejar graves secuelas de por vida. Son leves o severos dependiendo de cuánta sangre deja de circular en ciertas partes del cerebro y por cuánto tiempo. Y la gravedad de los daños ocasionados en el cerebro depende también de lo rápido de la asistencia médica.

Por eso es tan importante estar atento a cualquier señal de alerta que indique que está sucediendo un ataque cerebrovascular, para buscar atención médica urgente. Estas son las señales:

– Adormecimiento, entumecimiento o debilidad en la cara (rostro), brazos o piernas (especialmente de un solo lado del cuerpo)

– Problemas para hablar y entender

– Confusión mental y problemas para pensar con claridad

– Mareo

– Pérdida del equilibrio y la coordinación de los movimientos, y hasta problemas para caminar

– Dolor de cabeza severo que puede acompañarse de dolor en la cara o en la frente y hasta de vómito

– Alteraciones en la visión (vista) en uno o en ambos ojos

La característica principal de estas señales es que aparecen de forma repentina. Incluso, puede que ni se noten, y que los demás simplemente piensen en una distracción o confusión.

Algunas veces estos síntomas duran sólo unos cuantos minutos y luego desaparecen. Esos se conocen como “mini derrames cerebrales” o “apoplejías transitorias”. Cuando los sientas, no los ignores, pues son una señal de que la sangre no está fluyendo bien a tu cerebro y sugieren que más adelante podrías tener un ataque severo.

No siempre es posible darse cuenta de una apoplejía o derrame cerebral. Pero si tu cerebro alcanza a enviar pequeños llamados de SOS, lo mejor es estar alerta para acudir enseguida al médico y atenderlos a tiempo, ya que el llegar al hospital en menos de una hora puede ayudarte a prevenir un daño mayor en tu cerebro.

Mª José García Delgado

Enfermera de Kuido Alcalá de Henares

Lo que los labios no dicen, las manos lo muestran

Lo que los labios no dicen, las manos lo muestran

La artrosis degenerativa es la patología más frecuente entre las enfermedades reumáticas, seguidas por la artritis y la fibromialgia. 

En común todas ellas tienen el dolor, la incapacidad funcional y ciertas deformaciones características. Su forma de aparición puede ser progresiva o repentina, adaptándose mucho mejor de la primera forma y siendo mucho más costosa la adaptación del usuario a la aparición repentina de la enfermedad. 

Si bien es cierto que los ojos son el espejo del alma, las manos son en innumerables ocasiones la herramienta que muestra lo que sentimos  y/o queremos expresar. La artrosis es, como ya hemos aclarado, una enfermedad degenerativa, siendo común que el avance de la misma produzca deformidad y dificultad para mover los dedos. 

Desde la Terapia Ocupacional (T.O.) se fomenta una mejora en la calidad de vida de los pacientes. El papel del terapeuta ocupacional es ayudar al usuario a desarrollar y/o recuperar habilidades importantes para favorecer la dependencia funcional, mejorar de esa forma la salud y recuperar el bienestar perdido. Se trabajan las Actividades Básicas de la Vida Diaria (AVD’s) haciendo hincapié en aquellas que el usuario trabaja más en su casa y/o vida cotidiana, como son las áreas que engloban el autocuidado, entorno y ocio. 

En esta intervención, los terapeutas ocupacionales nos marcamos como objetivos mejorar o mantener la función dañada, al igual que favorecer la independencia en las AVD’s, el alivio del dolor, minimizar los daños producidos por la aparición de la artrosis. Para ellos nos valemos de la creación o modificación de las actividades que que nos ayuden a mejorar la función y a aliviar los síntomas, en el caso de que fuera necesario, la creación de férulas para la correcta alineación de las articulaciones, que del mismo modo nos ayudarán a controlar el dolor, y primordialmente realizaremos una tarea de educación y entrenamiento para que el paciente con artrosis pueda llevar a cabo sus habituales ocupaciones con los mínimos cambios o modificaciones precisos. 

No obstante, y pese al proceso rehabilitador descrito, existen casos en los que la intervención habrá de centrarse en aspectos menos físicos. En tales casos, la intervención del terapeuta ocupacional se centrará en aspectos externos al paciente, como el entorno, haciendo las modificaciones que sean necesarias para minimizar la dependencia del individuo en la realización de las AVD’s. Para ello pueden utilizarse productos de apoyoergonomía, simplificación de tareas, etc. 

Para la intervención con el usuario, el terapeuta ocupacional marcará un plan personalizado de tratamiento que incluirá previamente una evaluación específica de la mano artrósica. 

Podemos concluir que, entre las funciones principales del terapeuta ocupacional, está la de asesoramiento al usuario y familiares, modificación de tareas, creación de férulas para la prevención de deformidades y reeducación en las AVD’s. 

Rebeca García Espartosa

Directora y Terapeuta Ocupacional de Kuido Alcalá de Henares